En la anterior entrada del blog hablamos sobre el valle glaciar del Miera, ubicado en uno de los tres Valles Pasiegos y de los cuales hablaremos hoy: Valle del Miera, Valle del Pas y Valle del Pisueña.
Valle del Miera
Podríamos decir que es nuestro valle favorito pero no estaríamos siendo totalmente objetivos tratándose del valle donde se encuentra Brena the Cabin y del cual nos enamoramos en nuestra primera visita a los Valles Pasiegos. Lo que sí es totalmente objetivo es su impactante paisaje, formado por un desdibujado relieve lleno de múltiples formas agrestes, consecuencia de las acciones moldeadoras del hielo durante el proceso de glaciación del que ya hablamos en otra ocasión.
Remontándonos siglos atrás, podemos conocer un poco más acerca de la historia económica y social de la zona, derivada principalmente de la actividad industrial en las fábricas de artillería de Liérganes y La Cavada, el afloramiento de aguas termales o el desarrollo urbanístico que hacían de la región un lugar tan atractivo como para que la familia real se dejase ver mientras disfrutaba de su estancia en el Palacio de la Magdalena, en Santander.
Hoy en día el Valle del Miera, además de su atractivo paisaje natural y gastronómico, cuenta con un importante patrimonio cultural ligado a la cultura pasiega, fiestas tradicionales en los núcleos urbanos más importantes de Liérganes y San Roque de Riomiera, así como actividades deportivas derivadas de la interesante orografía del valle que lo hacen especial para realizar paseos a caballo, rutas a pie o en bicicleta o la práctica de la espeleología, entre otros.
Valle del Pas
El segundo de los valles que nos ocupa tiene una riqueza cultural muy importante, pues en las Cuevas del Castillo, en el conocido municipio de Puente Viesgo, nos encontramos la mayor representación de arte rupestre del Paleolítico superior de Cantabria, visita obligada sin lugar a dudas.
El monasterio de San Vicente de Fístoles o el de la Colegiata de Santa Cruz de Casteñeda, el convento de El Soto o el de La Canal, son solo algunos de los restos religiosos y arquitectónicos que durante siglos tuvieron su importante papel en el porvenir de la zona y que hoy en día siguen siendo el centro de atención de muchos turistas.
Pero si algo debemos destacar del Valle del Pas es su vibrante paisaje natural, lleno de prados verdes y cabañas que generan esa malla visual tan única de la zona de los Valles Pasiegos.
Valle del Pisueña
El último de los valles lleva el nombre que su propio río cruza y que ofrece una vista de relieves alomados donde los tonos verdes de los bosques y los pastizales generan una estampa digna de fotografía.
La riqueza patrimonial del valle es muy variada y nos podemos encontrar imponentes palacios, iglesias prerrománicas y casonas destacadas, además de santuarios como el de Nuestra Señora de Valvanuz o el Museo Etnológico de la Casa de La Beata, entre otros atractivos culturales.
Como no podía ser de otra manera, en el valle encontrarás múltiples actividades, como paseos a caballo, rutas en quads o senderismo.
Podéis encontrar información más detallada sobre los tres valles en la página oficial.