Como ya hemos comentado en otra entrada del blog, las cabañas pasiegas son construcciones edificadas a lo largo de siglos para albergar el sistema de producción ganadero que los habitantes de los Valles Pasiegos crearon para trasladar su ganado de un punto a otro de las montañas cántabras.
Aunque ya conocemos los términos más importantes asociados a las cabañas, hoy queremos profundizar en aquellas características que, a nuestro juicio, resultan las más relevantes de estas edificaciones centenarias.
Tejado de lastra. Es una de las características más importantes de las cabañas pasiegas. Este tejado, que se construye con losas de piedra de diferentes tamaños y espesores, es una muestra de la habilidad y el ingenio de los pasiegos, que lograron crear un tejado resistente y duradero con materiales locales. El tejado de lastra no solo es una muestra de la arquitectura popular de la región, sino que también es un recurso muy eficaz para proteger la cabaña de las inclemencias del tiempo y del clima de alta montaña como es el de los Valles Pasiegos.
Tamaño de las cabañas. Las proporciones y el tamaño suelen repetirse en muchas de las cabañas, siendo lo más habitual que tengan un ancho de entre 5 y 6 metros y un largo de entre 7 y 9 metros. A pesar de su tamaño reducido, las cabañas cumplen perfectamente con su objetivo de servir como refugio para el ganado, almacenamiento de hierba y como lugar de descanso para los pastores. Su distribución interior está diseñada de manera eficaz para aprovechar al máximo el espacio disponible.
Muros de piedra. Construidos con piedras de la zona, son sólidos y resistentes y proporcionan una excelente protección contra el frío y el viento. Además, los muros de piedra de las cabañas pasiegas son una muestra de la tradición constructiva de la región, en la que la piedra ha sido utilizada desde siempre como material de construcción gracias a su abundancia y durabilidad. Podemos encontrar muros de mampostería en los que la piedra apenas está labrada y muros de sillería en la que encontramos sillares perfectamente tallados.
Orientación del acceso. Los pasiegos tenían muy en cuenta los condicionantes del clima, por eso las cabañas siempre estaban ubicadas en la mejor parte de los solares o parcelas, para obtener el mayor soleamiento y la mayor protección frente al viento posible. Es por eso que nos encontramos con que, en la mayoría de los casos, los accesos principales están orientados hacia el sur o hacia el este. Dejando de esa manera la otra fachada corta hacia el norte y ciega, es decir, sin ningún tipo de hueco que suponga una exposición al frío y viento procedente del norte.
Puertas contrapeadas. Se trata de otra de las características más importantes de las cabañas pasiegas y una de las principales señas de identidad. Consiste en los dos huecos principales de acceso a la cabaña, uno ubicado en la planta superior y otro en la inferior, colocados de manera alterna, generando esta fachada tan característica y reconocible.
Distribución interior. Las cabañas pasiegas se diseñaron bajo premisas estrictamente funcionales. La planta inferior era utilizada para guardar el ganado, es por eso que su altura suele ser reducida. Mientras que la planta superior se utilizaba para almacenar la hierba y en algunos casos, además disponía de un espacio destinado al hogar donde poder dormir y hacer lumbre.