Somos conscientes del impacto medio ambiental que tiene la construcción y, por ello, para la rehabilitación de Brena hemos seleccionado cuidadosamente todos los materiales con el objetivo de reducir nuestra huella de carbono y minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero.
En nuestro anterior post os contamos que para la cubierta de la cabaña hemos usado CLT, un material que, además de su gran resistencia estructural, contribuye a la reducción de emisiones de CO2. Hoy queremos hablaros de los aislamientos y su papel tan importante en la arquitectura.
El uso extendido de algunos materiales como el poliestireno expandido o extruido, muy eficientes a nivel térmico pero con un alto impacto ambiental debido a su fabricación a base de derivados del petróleo, implican un alto consumo energético y una importante emisión de CO₂ durante su fabricación. Además, su escasa capacidad de transpirabilidad puede afectar a la calidad del aire en los edificios, reteniendo humedad y generando problemas de condensación. Y lo que es peor, el uso de este tipo de aislantes supone un riesgo no solo para el medio ambiente, sino también para la salud de los ocupantes, ya que puede liberar compuestos volátiles que afectan la calidad del aire interior.
Hoy en día cada vez existen más opciones sostenibles para el aislamiento térmico que reducen el impacto ambiental sin comprometer la eficiencia energética. Algunas de ellas son:
- Corcho: Material natural con excelente capacidad aislante y alta durabilidad.
- Algodón reciclado: Reutiliza textiles para crear un aislamiento eficaz y ecológico.
- Celulosa: Hecha a partir de papel reciclado, ofrece una excelente capacidad de absorción y regulación de humedad.
- Lana de oveja: Material natural con gran capacidad aislante y biodegradable.
- La fibra de madera, material que Sara como arquitecta del proyecto ha elegido para el aislamiento de nuestra cabaña pasiega.

Pero, ¿qué es la fibra de madera y por qué la hemos elegido?
La fibra de madera es un material aislante fabricado a partir de residuos de madera, generalmente de bosques gestionados de manera sostenible. A través de un proceso de desfibrado y compactación, se crean paneles o mantas que ofrecen excelentes propiedades térmicas y acústicas. Su origen natural y su bajo impacto ambiental la convierten en una alternativa ideal frente a los aislantes convencionales.
Ventajas del uso de la fibra de madera como aislamiento
- Alta capacidad de aislamiento térmico: La fibra de madera reduce las pérdidas de calor en invierno y protege del calor en verano gracias a su elevada inercia térmica.
- Regulación de la humedad: Es un material higroscópico, capaz de absorber y liberar humedad sin perder sus propiedades aislantes, evitando problemas de condensación y mejorando el confort interior.
- Transpirabilidad: Permite que los edificios “respiren”, facilitando la evacuación del vapor de agua y reduciendo la posibilidad de moho y humedades.
- Sostenibilidad: Se obtiene de fuentes renovables y su producción tiene una baja huella de carbono. Además, durante el crecimiento de los árboles, se captura CO₂, contribuyendo a la reducción de emisiones.
- Protección frente al ruido: Sus propiedades acústicas ayudan a reducir la transmisión del sonido, mejorando el confort en los espacios interiores.
- Saludable y seguro: No contiene productos tóxicos ni emisiones perjudiciales, lo que lo convierte en una opción segura para la salud de los ocupantes.
Conclusión
Frente a materiales convencionales como el poliestireno o la lana de roca, la fibra de madera ofrece ventajas significativas en términos de sostenibilidad y confort. Mientras que los aislantes sintéticos tienen una alta huella de carbono y poca transpirabilidad, la fibra de madera regula mejor la humedad, mejora la calidad del aire interior y reduce el impacto ambiental. Sin duda una excelente opción para quienes, como nosotros, buscan un aislamiento eficiente, saludable y ecológico.